L’oreig de maig

Curiós que les meves primeres línies d’avui siguin en català. La Carmina m’ajuda a compondre tota aquesta narració. I això m’agrada moltíssim. La meva història està repleta de llums i ombres, però en aquest dia és la millor amb la qual podria somiar. La mare, i sempre la mare.

El mundo que construimos antes de la llegada del verano suele ser un aliciente para muchos. Personalmente la meteorología me importa poco, máxime sabiendo que podemos estar ante otra ola de calor como el año pasado. Sin embargo, lo que sí me importa, es esa brisa y no del mes sino de la presencia de la madre. Lamentablemente la mía falleció hace muchos años, pero no rompe para nada la imagen que guardo de ella. Ya colgué tiempo atrás otros artículos para iluminar este día, si bien no me cansaré de traerla de nuevo a mi memoria. Eso hace de mayo algo diferente, especial y, sin duda alguna, lo mejor que la persona pueda vivir sabiéndose querido y en silencio. Ella fue muy trabajadora, entregada a su marido y a sus hijos, y jamás le escuché una palabra más alta que otra. Más allá del recuerdo, es lo que nos queda en el corazón, un amor infinito.

Lástima la traducción, si bien la voz de esta soprano, Ernestina Jost, vale la pena.

Mi respeto y admiración por todas las madres es total, porque la vida te enseña a ver qué es lo importante y aprender de quien te la ha regalado. Y, en mi caso, podría decir que más que la vida, ya que se entregó enteramente junto con mi padre para ofrecerme la mejor educación posible. El amor no radica en besos y flores, aunque seguramente lo agradecerán.

Esa brisa resulta imperceptible muchas veces, no obstante, sopla con suavidad para hacer de este mes curioso algo realmente delicado y lleno de mucho más que simples recuerdos. Cuando pienso en mi hijo, me viene a la mente su madre y las veintidós horas de parto que hubo de pasar hasta que salió. Y fue en mayo, un frío mayo en Londres. Hay cosas que cambian la percepción del tiempo y de la historia. Yo sufrí mucho viéndola, y a punto estuvo de que le hiciesen una cesárea. Llego un médico de color y dijo: “NO”, y una hora más tarde le sacó a la criatura. Y yo lo celebré poniendo en la sala de parto un reproductor de CDs con los Conciertos de Brandenburgo de Bach. Me lo permitieron. Hay cosas que traspasan la memoria. Así soy yo.

Pensar en mi madre me conduce a pensar también en mi abuela ya que fue comadrona en varias aldeas de Galicia y, sin estudios, ella tuvo a cuatro hijos y sabía perfectamente de qué iba esto. El hospital más cercano estaba a muchos kilómetros de distancia por caminos de barro y carreteras difíciles de cruzar. No todo en la vida es fácil, y menos siendo madre. ¿Qué más se puede decir?

Os deseo a todas, un feliz día, una feliz celebración y un futuro exquisito al lado de vuestros hijos, aunque no vivan en casa. Confío que ellos sigan pendientes de vosotras, llenando el alma que habéis entregado por ellos con amor, dedicación y esfuerzo inenarrables.

Mis mejores felicitaciones para todas.

fran

Pink Floyd – » MOTHER » The Wall 1980

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